viernes, 18 de enero de 2008

Glucogenosis tipo VI o enfermedad de Hers

En este grupo se incluyen los pacientes que presentan déficit de la actividad fosforilasa no muscular. Esta enzima se presenta en dos formas: una inactiva, b, que se transforma en activa, a, por fosforilación de un resto de serina, catalizado por la enzima fosforilasa-b-cinasa. La fosforilasa-b-cinasa es una proteína heteropolimérica formada por cuatro subunidades diferentes (a, b, g y d) codificadas por genes diferentes.

La subunidad a está codificada en el cromosoma X. La sub-unidad d es una calmodulina que permite que la fosforilasacinasa sea regulada a través del calcio. La actividad catalítica se sitúa en la subunidad g, que confiere además especificidad tisular. Las subunidades a y b son las que regulan la actividad catalítica en función del grado de fosforilación. Por lo tanto, el déficit de fosforilasa puede estar causado tanto por una alteración de la fosforilasa per se como por una mutación en los genes que codifican cada una de las cuatro subunidades de la fosforilasa-b-cinasa. Así pues, dentro de este grupo se incluyen:
- déficit de fosforilasa hepática, de herencia autosómica recesiva;
- déficit de fosforilasa-b-cinasa hepática, ligada al cromosoma X o autosómica recesiva, y
- déficit de la fosforilasa-b-cinasa hepática y muscular de herencia autosómica recesiva.
Aunque clínicamente existe una gran variabilidad fenotípica, las manifestaciones más frecuentes son la hepatomegalia, el retraso motor y del crecimiento y la hiperlipemia. Algunos pacientes presentan hipoglucemia cetósica en ayunas. En ciertos pacientes la prueba de la galactosa se halla alterada, con aumento del ácido láctico, mientras que en otros es normal.

La prueba de estimulación del glucagón es muy variable y poco informativa. Se han descrito algunos pacientes con déficit sólo de la fosforilasa-cinasa muscular y con una presentación clínica variable desde una miopatía grave en la infancia hasta una intolerancia al ejercicio en un paciente adulto. Se han descrito 2 pacientes que presentaron un déficit de fosforilasacinasa exclusivamente en el miocardio, de curso mortal. El diagnóstico de la deficiencia de fosforilasa hepática puede realizarse en hematíes, aunque éstos no siempre reflejan la actividad hepática, como consecuencia de las numerosas isoenzimas de este tipo celular. El diagnóstico diferencial con las glucogenosis tipos I y III se basa en la sintomatología, mucho más benigna, que en ocasiones ni siquiera justifica la biopsia hepática. En los déficit de fosforilasa-b-cinasa ligados al cromosoma X, la demostración del estado homocigoto o heterocitogo puede establecerse por la medición enzimática en hematíes. Para la forma autosómica recesiva, mucho más grave, es necesaria la valoración de la enzima en tejido hepático.

En las formas musculares, tanto de músculo esquelético como de miocardio, es necesario remitirse a dichos tejidos. En las formas hepáticas se ha detectado la presencia de oligosacáridos ricos en glucosa. En la mayoría de los casos no se requiere una terapia especial.
2008